martes, abril 13, 2010

La vejez activa

                                                  Esta es Tomasita.


Este año cumplo 60 años en junio, oficialmente seré vieja, podré sacar mi credencial del INSEN, que ahora se llama de otra forma porque "es feo llamar ancianos o senectos a los viejos" así que mejor los llamamos con nombres absurdos como "adultos en plenitud" ¿En plenitud de que? Bueno, ya estaré yo en plenitud dentro de un par de meses y les podré decir sobre el asunto.
Hay viejos que son queridos y respetados pero  en este país los viejos están a su merced, los que no tienen  dinero o familia  o no le interesan a su familia, o no tienen una pensión (Las pensiones que tiene la mayoría no sirven ni para sobrevivir) o un trabajo, deambulan por ahí buscando como ganar unos pesos o terminan mendigando o simplemente se mueren de hambre o son encerrados en algún asilo pesadillesco. Lo que hizo AMLO de darles una pequeña pensión , lo haya hecho por la razón que lo haya hecho, fue una tablita de salvación para muchos viejos, no les resolvió la vida del todo pero les devolvió un poco de dignidad, se sintieron más libres, se pudieron comprar algunas cositas o sus medicinas, dejaron de ser una carga total, en fin, se sintieron tomados en cuenta. No quiero sonar cursi ni lacrimosa, pero es que yo conocía a varias viejitos y se cuanto lo valoraron, el simple echo de poder ir al super y comprarse una cajota de galletas hacía muy feliz a Esperancita, una vieja señora.

A Tomasita la conocí hace como 7 años, ya entonces era muy viejita, ella ayudaba a cargar bolsas afuera de un Walmart, yo siempre cargaba las pesadas y le dejaba las ligeras por miedo a que se me fuera a herniar, es una viejita muy pequeña y delgada, llena de arrugas y con el pelo blanco, siempre muy limpia y arreglada. Me la volví a encontrar hace poco, después de varios años de no verla porque nos mudamos de casa, sigue afuera del Walmart Buenavista pero ahora ya no carga bolsas, dice que aun puede pero que los del super ya no la dejan, ahora tiene un puestecito de alegrías y barras de cacahuate y así sigue sacando su dinero. Ella nació en Etla, Oaxaca y se vino al DF desde adolescente, aquí se caso y tuvo hijos, dice que nunca ha dejado de trabajar.
Tiene casi noventa años, pero no le gusta decir que tiene tantos y se quita unos cuantos, vive con su hija pero no por eso deja de trabajar para ayudarle, es una anciana muy sana y eso es tal vez por el hecho de que se sigue sintiendo útil y está siempre activa. Yo quiero ser como Tomasita, no pienso dejar de trabajar y espero poder seguir haciendolo por muchos años, es lo bueno de trabajar uno por tu propia cuenta, nadie te puede despedir ni jubilar.
Para mi cumpleaños 60 quiero que me organicen una fiesta , a ver como le hacen pero todo mundo tiene que venir, es una edad importante.
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