De sonámbulos.

Una amiga me platica que su esposo se volvió sonámbulo ahora ya de viejo y que ella no puede dormir bien pensando que de pronto él se va a levantar y se va a poner a hablar cosas raras y hasta salir de la casa. Mi hija Tamara cuando nos mudamos de la casa de la Del Valle a Santa María se volvió sonámbula porque toda su vida se puso al revés, se levantaba, caminaba, y contrariamente a lo que se se dice de que los sonámbulos no pueden hablar bien, a ella si le hablabas te contestaba de manera coherente aunque escueta, pero estaba dormida. Una noche me desperté y me llevé un gran susto porque estaba parada junto a mi cama, pensé que algo le pasaba pero no, solo estaba ahí muy quieta mirándome sin verme, suavemente la llevé de nuevo a su cama. Después de un tiempo dejó de ser sonámbula.

Vida de campo

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Me gustaría tener dinero para comprar más terreno junto a la casa y así poder sembrar un huerto, pero como no lo tengo estoy pensando en tomar un curso de hidroponia y hacer un huertecirto vertical en el jardín de atrás. No podré tener gallinas y puerquitos, aunque algunos vecinos de la calle trasera tienen en sus casas, ya es suficiente con dos perros adoptados y uno que vive de pilón sin que lo hayan invitado y un gato fijo y otro visitante, pero con el huerto tendremos vegetales frescos y limpios, bueno, no se si tendré paciencia de cuidarlos...

Este iba a ser un post catastrófico sobre como el mundo se está desbaratando, física, económica y moralmente, pero no estoy de humor para catástrofes así que lo dejamos como un amable post bucólico.