Si pensaban ir a Cuernavaca o a Acapulco (¿alguien va Acapulco aun?) estas vacaciones, ¡ni se les ocurra!, el caos imperante en las salidas (y entradas) para las carreteras es espantoso. No niego que para mi será muy cómodo que el metrobus llegue hasta aquí, pero mientras terminan la obras todo es desesperante.
Ayer me vine de la Universidad en microbus, porque sabía que si tomaba taxi me iba a costar una fortuna, y después de horas a vuelta de rueda por Insurgentes, me bajé en la Joya para tomar un taxi, no había taxis, pero si cientos de personas buscando uno entre montones de escombros, materiales de construcción, hoyos profundos, etc. Decidí bajar a Calzada de Tlalpan a ver si tenía mas suerte, crucé Insurgentes, a valor mexicano porque aquí no hay semáforo, y me encontré con que no había banqueta, solo un hoyo profundo, de nuevo a valor mexicano me fui por la calle sorteando los coches, cuando de la nada cayó un hombre del cielo al pavimento enfrente de mi. No, no era un ángel, era un albañil que creo estaba trepado en una grúa, no entiendo bien como, pero me dio un susto de muerte, y supongo que el también se asustó porque se veía confundido, tuvo suerte de que no lo apachurrara un coche y parece que no se lastimó demasiado. Después de otro largo rato logré salir de ese mundo apocalíptico, porque algún angel me mandó un taxi que salió de la nada, con placas, tarjetón y chofer de cara bondadosa, justo frente a mi y vacío. ¡Aleluya!
5 comentarios:
¿Y por lo menos estaba guapo el hombre que cayó del cielo?
Mmmm...dudo que haya estado guapo el hombre que cayó del cielo. Nustros albañiles casi siempre son panzones, paticortos y con pelos de puercoespín.
pero también hay gente paticorta, panzona y con pelo de puercoespín que es guapa. y lo digo en serio.
Pues no era ni guapo, ni feo, mas bien un chavo común y corriente, sin nada angelical, pero tampoco asustaba.
Eso si que es suerte! cómo es que no se mató?
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