Ya se que ya chole con el floripondio, ya he hecho un par de entradas (o más) sobre el susodicho, pero es que es un miembro importante en el jardín. Todos los años cuando florea vienen abejas (eso también ya lo platiqué) pero ahora el floripondio ha crecido muchísimo, ha formado una cúpula verde fuera de la cocina y ha floreado más que nunca, eso ha hecho que el número de abejas crezca, al salir de la cocina se escucha el bzzzzzzzz bzzzzzz muy fuerte, es casi como si hubiera un enjambre, y si nos descuidamos y se queda abierta la puerta o la ventana la cocina se llena de abejas, no me gusta tener un montón de posibilidades de ser picadas por los dichosos bichos, pero mis opciones no son muchas, o podo el floripondio, cosa que no quiero, o mato a las abejas, cosa que sería muy fea porque no son insectos malos sino que son (como nos han enseñado desde el kinder) insectos-útiles-laboriosos-trabajadores y bla bla bla, o las amaestramos, cosa un tanto complicada, o nos aguantamos el enjambre y sus posibles consecuencias, cosa que será yo creo la mejor opción, ya me han picado abejas anteriormente y es muy doloroso, no puedo imaginar como será que te ataquen decenas de ellas ¡cruz, cruz!
Así que si se enteran que fui atacada por un enjambre, no se culpe a nadie ya que habrá sido mi propia decisión.
La cúpula verde es hermosa, yo amo la luz que se filtra en la transparencia de las hojas, pero creo que habrá que suprimir algunas ramas porque la cocina se ha obscurecido bastante con tanto verdor, el olor por las noches es literalmente embriagador y llena la casa por completo, espero que no nos estemos drogando demasiado con ese aroma.
El año que viene les volveré a contar sobre mi floripondio, no lo duden.