Ya les he hablado de mis gatos Iño e Ito, y de como los adoptamos (o ellos nos adoptaron) ya adultos después de que su chairo los abandonó en la cabaña. Ito es más inteligente y más aventurero, pero no le gusta comer carne, Iño en cambio es (o era) muy perezoso, podía quedarse dormido en un lugarcito cómodo por días y apenas levantarse a comer y al baño, pero le gustaba cazar de vez en vez y comerse a los pajaritos o ratones, las lagartijas solo las cazaba pero no se las comía. Si presentía peligro se trepaba al lugar más alto y seguro, no le gustaban las peleas. Ahora hace ya cuatro días que desapareció y no nos explicamos en donde pueda estar o que le haya pasado, nunca salía de la cerrada y aquí no hay grandes peligros, difícilmente se podría meter el secuestrador de perros y gatos que asola el pueblo, además Iño sabía huir muy rápido, desapareció en la madrugada del 25 y ya no lo volvimos a ver.
El pobre Ito lo llama y lo llama y anda como alma en pena porque no lo encuentra, yo ya lo busqué por todos lados y nada, es en verdad un misterio, pero ya pasaron muchos días y la esperanza de que aparezca es ya muy poca, era un gato castrado por lo que no buscaba gata, nunca antes había desaparecido, era rápido y cauteloso, si un perro lo hubiera atacado se habría oído el escándalo.
No sabemos que pensar, pero lo extrañamos.
La Formación en Educación Especial en Puebla (Libro)
Hace 1 semana.